Volvemos con nuestra sección “El tiempo de…”, y en esta ocasión nos hace ilusión poder compartir con vosotros las vivencias de José Ángel Núñez, que es geógrafo y, en la actualidad, Jefe de Climatología de la Delegación de AEMET en la Comunidad Valenciana.
¿Y por qué José Ángel?. En nuestra corta experiencia en este mundillo meteorológico vamos conociendo a profesionales que trabajan, de una u otra manera, en esta bonita disciplina. Y en unos casos nos quedamos más “fríos” que en otros cuando conocemos a la persona en cuestión.
En el caso de José Ángel no es así. Su carácter apacible, la modestia con la que desarrolla su trabajo y ese aura indefinible que desprenden los “sabios” hacen que, de una u otra manera, nos sintamos atraídos por su trabajo.
Sin más preámbulo aquí os dejamos con la pequeña entrevista que le hicimos días atrás. Esperamos que sea de vuestro agrado.

José Ángel, como siempre, presente en los eventos de índole meteorológica que se producen en la Comunidad Valenciana. En esta imagen lo podemos ver flanqueado entre dos de nuestros “hombres del tiempo”, Joan Carles Fortea (i) y Vicent Gómez (d).
- ¿Cuál es el primer recuerdo “meteorológico” que tienes?
Nací y crecí en un pueblo de La Mancha; allí los fenómenos meteorológicos no son tan espectaculares ni adversos como los que podemos ver en el Mediterráneo. Lo que más recuerdo eran los días en los que nevaba. No eran muchos, quizás una nevada cada dos o tres años, pero esos días eran muy celebrados cuando yo era niño. No íbamos a clase, podríamos haberlo hecho, porque en un pueblo pequeño no había ninguna dificultad para llegar al colegio, pero, tácitamente, cuando amanecía nevado, volvíamos a la cama y a media mañana nos reuníamos en el parque a jugar con la nieve.
- ¿En qué ocasión concreta has pensado “madre mía, la que me va a caer”, cuando viste la evolución real del tiempo, con respecto al pronóstico?
En los grandes temporales me quedo en casa viendo llover, pero en días de pequeñas, pero intensas y breves tormentas, a veces no queda más remedio que salir de casa, a pesar de que salgo con la certeza de que me voy a mojar. En 2013 hubo varias tormentas justo a la hora de ir a recoger a los niños al colegio. Una de ellas, la del 4 de octubre, recuerdo que estaba en casa viendo en el radar como se formaba la tormenta aunque no me quedaba otro remedio que salir de casa porque eran las 5 de la tarde. Fueron sólo 10 minutos de tormenta, con viento racheado, pero me mojé, y el paraguas que tenía con el logo de AEMET quedó siniestro total.
- ¿Recuerdas el nombre de algún compañero de trabajo con un “ojo” especial para predecir determinadas situaciones atmosféricas?
Hay varios; durante décadas ha habido en Valencia una gran generación de meteorólogos. Visto desde 2017, con los medios tan amplios y sofisticados de los que disponemos, resulta heroico cómo se podían hacer predicciones y avisos hace…tampoco hace falta remontarse mucho, hace sólo 10 o 15 años. Desde luego si tengo que destacar a alguien es a Víctor Alcover, hoy jubilado y que fue jefe del Grupo de Predicción del INM/AEMET en la Comunidad Valenciana durante décadas. Su habilidad no sólo radicaba en predecir situaciones atmosféricas, sino de prever su impacto potencial, es decir, le daba a la predicción un valor añadido subjetivo que las herramientas de predicción no son capaces de proporcionar.
- ¿Crees que los modelos matemáticos de predicción atmosférica tienen aún mucho camino por recorrer, en cuanto a fiabilidad?
Desde luego que los modelos tienen mucho camino por recorrer. Tenemos la suerte de que el centro puntero mundial en predicción numérica está en Europa, y lo financiamos los europeos con nuestros impuestos. Los objetivos del Centro Europeo de Predicción en cuanto a mejora de sus modelos de predicción son muy ambiciosos en los próximos años.
Pero paralelamente hay otro camino por recorrer y del que se lleva muy poco trecho andado, y es la comunicación desde un organismo público (y servicio público), a la sociedad, de los resultados de esas mejoras en predicción numérica. Cito directamente lo que dice Ángel Rivera en su blog; “estamos avanzando mucho en las técnicas de predicción, pero todo ello mejorará muy poco el servicio público si no se dan pasos decididos para conseguir una mayor empatía con el público y, a partir de ahí, establecer un relato claro y asequible desde la verdad científica y con la comunicación más adecuada”. Lo suscribo totalmente.
- ¿Qué lugar del mundo que no hayas visitado, con un clima “especial”, te gustaría recorrer?
No me gusta el calor excesivo, por tanto creo que no elegiría un lugar tropical. Me quedaría con un lugar de frío para recorrer en un viaje ideal. No sé qué se siente saliendo a la calle a temperaturas de -20ºC o -30ºC, me gustaría experimentar esa sensación, aunque con un poco de tiempo valdría. Me siento muy cómodo en nuestro clima, un poco de frío, y rápidamente de vuelta a casa, a nuestro suave clima, estaría bien.
- Recomiéndanos una película o un libro (o las dos cosas) de índole meteorológica.
He estado años hablando de sequía y déficit de lluvias en la Comunidad Valenciana y, desde fuera, oyendo hablar de inmigración y de los efectos devastadores de la crisis económica. Con este panorama, no he dejado de pensar en “Las uvas de la ira”, de John Steinbeck, que relata también una situación de crisis económica, inmigración y sequía meteorológica que sucedió en Estados Unidos en los años 30, con la Gran Depresión. A pesar de estar escrita hace tres cuartos de siglo, casi todos los mensajes que se relatan en la novela siguen siendo válidos, y muchas de las penurias que se narran las hemos visto en los últimos años con nuestros propios ojos (aunque casi siempre a través de una pantalla de televisión).
Pues hasta aquí nuestra entrevista. Clara y concisa. Ahora ya sabemos algo más de lo que hace un meteorólogo cuando llueve, por ejemplo, y tiene que salir a la calle.
Muchas gracias a José Ángel por su disposición a todo lo que le planteamos.
Nos vemos a la próxima.