El pluviómetro es el instrumento meteorológico que mide la precipitación que cae en un lugar determinado. Es, quizá por vivir en latitudes secas, el instrumento que más ilusiona tener al aficionado a la meteorología.
Hay mucho tipos de pluviómetros en función de su diseño, construcción o recogida de datos. En este artículo vamos a preguntarnos: ¿cómo funciona un pluviómetro?
¿Cómo funciona un pluviómetro?
Como hemos dicho más arriba, nada más ilusionante que comprar un pluviómetro, colocarlo adecuadamente y ver cómo el agua de lluvia va cayendo en su interior. Pero luego, cuando ha dejado de llover, lo cogemos, y… ¿qué hay que hacer con el agua de su interior? Vamos a explicarlo, como siempre, de manera sencilla.
El pluviómetro consiste en un recipiente de forma cilíndrica, generalmente, aunque puede ser cónico o troncocónico, e incluso rectangular. Está abierto por arriba, y este orificio, llamado “boca” puede ser circular, cilíndrico, ovalado o rectangular. Sea como sea, sin duda es muy importante que esta boca esté perfectamente fabricada, porque de ella depende, en gran parte, que la precipitación medida tenga el valor correcto.
Pero ¿cuánto es un litro por metro cuadrado?
Hemos de comentar antes de seguir que el pluviómetro mide la precipitación en litros por metro cuadrado o bien en milímetros de altura. Sí, esto último es una unidad de longitud.
La explicación es fácil: si nosotros fabricamos un recipiente cuadrado de un metro de lado y vertemos en él un litro de agua podríamos comprobar que la altura del líquido vertido sería de 1 milímetro. Evidentemente, medir esto es muy difícil, por no decir imposible, ya que la cohesión del agua haría que ésta se “pegase” a las paredes del recipiente, falseando la realidad. ¿Podríamos tener un pluviómetro así? Claro, desde luego. Pero no sería muy práctico, que digamos.

Imagen de un pluviómetro pparcialmente lleno de agua. Para averiguar la cantidad de lluvia sólo hemos de contar las rayitas numeradas grabadas en el plástico.
Por ese motivo, en lugar de un metro cuadrado de superficie, los pluviómetros presenta generalmente unas aberturas con superficie de 50, 100 o 200 centímetros cuadrados. Cuanto más grande, más precisión.
Los pluviómetros que podemos comprar para tener en casa o en el campo nunca superarán los 200 centímetros cuadrados.
Continuamos.
Una vez aclarado esto, tan importante, tenemos que decir que, cuando llueve, el agua que cae dentro del pluviómetro puede medirse, como vemos en las imágenes de este artículo, gracias a las medidas que lleva grabado el vaso. Estas medidas están calculadas en función, como hemos dicho, de la superficie de la boca del pluviómetro.
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Ya sabemos cómo funciona un pluviómetro.
Pero… ¿dónde podemos colocar nuestro pluviómetro?
No tenemos que pensar mucho para darnos cuenta que nuestro pluviómetro no puede estar en la terraza de casa, junto a la mesa en la que comemos, o debajo de un gran árbol. Tampoco puede estar pegado a una pared, claro.
Por eso no tendremos problemas si vivimos en una casa con jardín, en una casa de pueblo o, por ejemplo, tenemos un pequeño campo. En estos casos lo podremos colocar en el suelo. Algunos de ellos llevan un jalón o pincho que podemos clavar en la tierra o abrazar a un soporte vertical, o a una barandilla. Nada complicado.
¿Y si tenemos dudas? ¿Y si no tenemos mucho espacio? En este caso lo que vamos a hacer es emplear una regla que nos permitirá saber si nuestro pluviómetro está bien colocado.
Dejamos el pluviómetro en el suelo y, desde su boca, nos imaginamos, o trazamos, un cono invertido con la generatriz a 45 grados desde la vertical. Y este cono imaginario lo proyectamos, y calculamos (de manera aproximada, claro) si hay algún obstáculo existente que intersecte, que “tropiece”, con esta línea. Si intersecta, entonces tendremos un problema en ese sitio. Pero si no encontramos ninguna ubicación totalmente libre entonces deberemos escoger la más libre de todas. Hay que tener en cuenta que ese obstáculo que corte a nuestro cono puede ser un árbol monumental situado a 50 metros o un edificio, pero también puede ser un murete de 50 centímetros de altura si éste se encuentra muy cerca.
¿Cuántos tipos de pluviómetros existen?
Si atendemos al tipo de funcionamiento que tenemos dentro de los pluviómetros, se diferencian en dos grupos, analógicos y digitales.
Pluviómetros digitales.
Los pluviómetros digitales, son también llamados de balancín.

Pluviómetro digital de balancin. En ellos, la unidad exterior (carcasa rectangular) envía un pulso a la consola receptora cada vez que las cucharillas del balancín se vacían.
En estos últimos, encontramos dentro de la carcasa recolectora un balancín, un sube y baja, consistente en una o dos cucharitas que se van llenando de agua y, por peso, vuelcan su contenido, que sale al exterior por unas ranuras realizadas para tal efecto. Y a cada vuelco, un imán pasa por una parte determinada del circuito electrónico, y éste envía a la consola la cantidad de precipitación. Cuantos más vuelcos, más cantidad de lluvia. Y cuanto más rápidos sean los vuelcos, más intensa es la lluvia, lógicamente.
Así, un pluviómetro digital no precisa que vayamos a leerlo nada más terminar de llover, para evitar la evaporación, como pasa en los manuales o analógicos.
Pluviómetros analógicos: los de toda la vida.
Dentro de los pluviómetros analógicos, o manuales, tenemos pluviómetros de lectura directa o pluviómetros totalizadores.

Este es el pluviómetro americano Stratus, también llamado “coco” por los aficionados. Es un aparato totalizador, y su capacidad máxima es de 280 mm. de lluvia.
Los primeros son los que podemos encontrar de manera más usual en casa de cualquier aficionado. Llueve, acudimos a leer, anotamos la medición y lo vaciamos. Estos modelos estar diseñados para recoger, como máximo, en torno a los 100 l/m2 (o milímetros, recordemos).
Los segundos, los totalizadores, son pluviómetros de mayor capacidad, que no pierden prácticamente nada por evaporación. Tienen una tapa con un único orificio por la que el agua de lluvia entra al interior. Allí se acumula, y luego, con ayuda de una probeta debidamente escalada a la superficie de la boca del pluviómetro, podemos ir volcando el agua en la probeta, para ir así sumando cantidades.
En España es el pluviómetro totalizador Hellmann el que utiliza AEMET (Agencia Estatal de Meteorología), mientras que hay alguno otro muy solicitado, como es el Stratus, también llamado “coco” por los aficionados. El Hellmann oficial tiene una capacidad de 200 mm., mientras que el Stratus llega hasta los 280 mm., prácticamente. Casi nada.

Pluviómetro Hellmann con capacidad para 120 litros por metro cuadrado.
Y por último, una curiosidad. Hay pluviómetros mucho más grandes. Podemos verlos en la cima de algunas montañas, y tienen una capacidad suficiente para almacenar toda la lluvia caída en un año. Por eso, una vez al año se acude allí y se miden los litros caídos.
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Hasta la próxima.