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Los termómetros de Galileo, además de su valor decorativo, nos enseñan cómo influye la temperatura en la densidad de los líquidos. Así, cada una de las esferas lleva un líquido coloreado, de diferente densidad cada uno, y así van subiendo por el recipiente, marcándonos la temperatura actual la esfera MÁS BAJA de todas las que ESTÁN ARRIBA. Cada esfera lleva una chapita indicando a qué temperatura se refieren.
El termómetro de Galileo de 40 cm. de altura que tenemos en Altocúmulo es uno de los modelos más solicitados. Sin duda, su diseño, facilidad de utilización y el hecho de ser un artículo de decoración hacen que sea éxito de ventas.
Como decimos, los termómetros de Galileo, además de su valor decorativo, nos enseñan cómo influye la temperatura en la densidad de los líquidos. Este termómetro de Galileo de 40 cm. de altura dispone de seis esferas de cristal, que contienen un líquido coloreado, de diferente densidad cada uno. De cada una de estas pequeñas esferas cuelga una chapita en la que podemos ver la temperatura que indicará esa esfera
¿Cómo funciona este termómetro de Galileo de 40 cm. de altura? El líquido transparente que lleva la cápsula de cristal aumenta o disminuye de temperatura. Esto hace que su densidad aumente o disminuye. Y, precisamente, cada una de las pequeñas esferas de cristal difieren de densidad, entre sí, levemente. Así, las que pesan más que el líquido transparente se hunden, y no cuentan para el cálculo. Y las que quedan flotando son las que nos interesan. Si queremos saber la temperatura ambiente de nuestro Galileo hemos de mirar la esfera más baja de las que flotan. Las que están hundidas, en el fondo, como decimos, no cuentan para nuestro cálculo. Así, van subiendo y bajando, en función de que la temperatura disminuya o aumente. Es sencillo, sin duda.
El termómetro de Galileo de 40 cm. de altura lleva seis esferas, con temperaturas desde 18 a 28 ºC. Es uno de los modelos de más altura y rango de temperaturas que vendemos en Altocúmulo. Pero los hay más grandes. ¡Consulta en nuestra web.
Alturas | 18cm, 22cm, 28cm, 35cm, 44cm |
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Los termómetros de Galileo, además de su valor decorativo, nos enseñan cómo influye la temperatura en la densidad de los líquidos. Así, cada una de las esferas lleva un líquido coloreado, de diferente densidad cada uno, y así van subiendo por el recipiente, marcándonos la temperatura actual la esfera MÁS BAJA de todas las que ESTÁN ARRIBA. Cada esfera lleva una chapita indicando a qué temperatura se refieren.
Termómetro digital para pegar en el cristal de la ventana. Se fija por medio de un adhesivo, de modo que queda por la parte de fuera de la ventana, aunque también podemos adaptarlo para pegarlo por la parte interior del cristal. Tiene aproximadamente 2 cm. de grosor, para que podamos calcular si nos cabe entre el cristal y la persiana.
Este termómetro es de vidrio. Lleva una escala graduada en grados centígrados, de modo que el líquido que sube por la espiral marca la temperatura.
Los termómetros de Galileo, además de su valor decorativo, nos enseñan cómo influye la temperatura en la densidad de los líquidos. Así, cada una de las esferas lleva un líquido coloreado, de diferente densidad cada uno, y así van subiendo por el recipiente, marcándonos la temperatura actual la esfera MÁS BAJA de todas las que ESTÁN ARRIBA. Cada esfera lleva una chapita indicando a qué temperatura se refieren.
Los termómetros de Galileo, además de su valor decorativo, nos enseñan cómo influye la temperatura en la densidad de los líquidos. Así, cada una de las esferas lleva un líquido coloreado, de diferente densidad cada uno, y así van subiendo por el recipiente, marcándonos la temperatura actual la esfera MÁS BAJA de todas las que ESTÁN ARRIBA. Cada esfera lleva una chapita indicando a qué temperatura se refieren.
Bonito termómetro interior/exterior para fijar en el cristal de una ventana. Lleva los adhesivos para poder pegarlo, y nos sirve como termómetro interior o exterior, según en el lado en el que pongamos el adhesivo.
Los termoscopios que tenemos aquí están rellenos de un líquido similar al éter, muy volátil, de modo que si le aplicamos calor, este se evapora, y este vapor “empuja” al líquido hacia arriba. Por ese motivo se llama también “termómetro del amor”, porque se supone que el líquido sube más rápidamente cuanto más “fogoso” es uno.
Este termómetro está indicado para controlar la temperatura en un jardín, corral, o terraza, a la que tengamos acceso fácil, ya que nos marca la temperatura actual, máxima y mínima. Por ejemplo, al lado de una piscina. Es un modelo clásico de toda la vida. Es de plástico, y lo hay en blanco y en negro.
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